CENTRO DE DEPORTES EL PALO

12.05.2015 19:34

Este fin de semana se consumó el descenso del CD El Palo. El equipo paleño volvió a dominar, una vez más, pero de nuevo se marchó con una derrota que les condenó al descenso, ya que horas después el Cartagena venció en su partido, esfumándose toda posibilidad de salvación para el equipo de la barriada malagueña.

Me ha sorprendido ver las reacciones a nivel nacional de este descenso. Multitud de personas de todos los lugares de España se han alegrado por este descenso. En Galicia nadie olvida que hace un par de temporadas fue El Palo quien derrotó por 2-0 al Deportivo “B” para lograr el ascenso, y se tildó a esta barriada de ser un conjunto de gitanos e impresentables, algo agravado tras salida de tono que tuvo Apoño. Todo hay que decirlo, lo de este jugador es para hacérselo mirar. Ha sido un jugador que estando centrado fue la manija del mediocampo del Málaga C.F. Gran jugador, al que le ha perdido la cabeza y su actitud.

Pero esto no es un palo a Apoño, precisamente. Mucha gente se ha alegrado del descenso, aludiendo que el cuadro paleño es un conjunto de jugadores marrulleros. Pues bien, se equivocan en muchos casos.

Que El Palo esté formado por jugadores marrulleros no es cierto. Hay jugadores en este equipo que son trotamundos de España. Manolo Gaspar, ex del Levante, Almería o Málaga entre otros, sin olvidar que jugó en Chipre, en el Olympiakos de Nicosia.

Jesule, que ha jugado en el Málaga, Levante, Almería, Xerez, Poli Ejido, etc… Trotamundos español.

Jugadores que pertenecen o han pertenecido al Málaga C.F como Pol, Iván Márquez, Nacho Aranda, Cala, Pirulo. Otros como Jaime Moreno, Zamorano o Cardellino son jugadores argentinos con una calidad con el balón en sus botas realmente palpable. El Palo es un gran club, y como en todo club, hay algún jugador más “duro” que otros. ¿O es que el Madrid no tiene a Ramos, o Pepe repartiendo “estopa”? ¿Y el Barcelona? Mascherano, Jordi Alba o Busquets no son precisamente jugadores sin carácter. No hablemos del Atleti, del cual todos sabemos que el “partido a partido” incluye el “patada a patada”.

¿Y su gente? La afición paleña de verdad es aquella que anima como si fuera el último partido de liga, con la “guasa” característica de Málaga. Sin embargo por ahí tachan de dura y violenta a la afición paleña. No soy paleño, pero me considero como tal, y he trabajado y narrado algún partido en el Nuevo San Ignacio (Estadio humilde, pero bonito), y en ningún momento he visto hostilidad más allá de la rivalidad del partido contra el equipo visitante. He visto más hostilidad en cualquiera de los campos de Primera o Segunda. En El Palo su afición es “mu sentía” con su club. ¿Eso es violencia? El Palo es una barriada bonita, llena de personas humildes, que sonríen a la vida a pesar de lo dura que es. Hablamos de un equipo que tenía el presupuesto más bajo de la categoría, y desciende con un promedio de goles a favor y goles en contra cuanto menos, sorprendente. Pocas veces se ve un colista con un promedio de goles tan solo de -2, lo que demuestra lo difícil que es hacerle hincar la rodilla. Porque en el Palo se lucha por lo que se quiere, sin importar lo difícil que sea. Este sueño que ha tenido El Palo se ha acabado hoy, pero mañana volverá.

La barriada marinera ha soñado con un equipo en la categoría de bronce durante mucho tiempo, y han conseguido su sueño. Porque todo malaguista se siente paleño, porque El Palo es también nuestro equipo, y por eso a todos nos ha escocido más, o menos este descenso.

¿Y la gente que se alegra del descenso? Solo decirles que les invito a que visiten esta barriada malagueña. Y sus espetos, y su playa. Y sus barecitos. Y que conozcan a la gente paleña. Cercanos y con ese buen humor que no corresponde con una barriada que deportivamente volverá a ser olvidada de nuevo. Pero no en Málaga. El Palo nunca se rinde. Hoy el Palo desciende, pero mañana el Palo volverá a deslumbrar con su carisma y juego en aquellos campos donde sufrieron para ganarles. Les digo a esa gente, que el Palo volverá. Somos diferentes, somos paleños, y El Palo NUNCA se rinde. Nunca.